Uno de los aspectos más comentados en el mundo de los hipopresivos tiene que ver con la recuperación de la silueta después del parto. Sabemos que los hipopresivos son tremendamente beneficiosos para la reorganización interna de los órganos que han sido desplazados, y para volver a forjar una musculatura adecuada después de las tensiones que se han sufrido durante meses. Pero más allá de las evidentes mejoras físicas, cabe preguntarse si además la práctica hipopresiva tiene algún reflejo visible a nivel estético.

Efectivamente, nuestra experiencia demuestra que a partir del segundo mes tras dar a luz, es el mejor momento para empezar a realizar estos ejercicios. En las mediciones realizadas con los grupos de mujeres que forman parte de las clases, se observa una reducción del perímetro abdominal de entre 4 y 6 cm, así como una notable mejora de la diástasis abdominal (separación de los músculos rectos abdominales), consiguiendo cerrarla aproximadamente 2 ó 3 cm sin olvidar que trabajamos de forma refleja los músculos de nuestro suelo pélvico.
Por supuesto, estos impresionantes logros no se consiguen de la noche a la mañana, sino que requieren de algo de constancia. Los casos que conozco se basan en la experiencia personal de las clases impartidas y se alcanzaron tras unos periodos que pueden variar entre los 3 y 6 meses, realizando una hora de clase a la semana.